Contacta con nosotros

Para cualquier duda o información, puede contactarnos:





He leído y acepto la Política de Privacidad.

Calle General Díaz Porlier, 87 - 4º Izquierda. Despacho 2

7 abril, 2022 a las 12:12 pm · · Comentarios desactivados en Las familias.

Las familias.

Como seres sociales que somos, vivimos rodeados de diferentes sistemas que nos afectan de un modo u otro. El que más nos influye y en el que más podemos influir es el denominado microsistema, esto es, nuestra familia, amigos y seres queridos.

Cada familia es un mundo, dicen por ahí, y no andan desencaminados. Sin embargo, cada uno de estos mundos se estructura en base a unas reglas comunes que si somos capaces de aprender y gestionar de manera eficiente, pueden hacernos salir por la puerta de casa con una sensación de bienestar que ningún otro contexto puede.

Los seres humanos dependemos durante más tiempo que ningún otro mamífero de los adultos que nos crían antes de llegar a ser totalmente independientes. La capacidad de valernos por nosotros mismos varía según la familia en la que nos desarrollemos y de cómo esta nos atienda en relación a la sociedad y la cultura en la que nos ha tocado vivir. Está claro que en nuestros primeros años de vida necesitamos que nos satisfagan las necesidades básicas como son la comida, el sueño, el ejercicio o la educación. Pero hay una necesidad de la que se habla poco y resulta vital para el subsistir de cualquiera de nosotros. Llámenlo afecto, yo lo llamo amor.

Cuántas veces a lo largo de estos años habré escuchado decir a más de un padre o una madre. “En casa no podemos más pero bueno, como el crío es tan pequeño no se entera de nada”. No nos damos cuenta de que desde pequeños somos capaces de percibir el estado emocional de las personas que nos rodean, más aún de las que acaban siendo nuestras figuras de apego. Y el modo en que este apego llegue a nosotros afectará directamente a como manejamos nuestra relación con lo que el mundo nos ofrece.

Si la forma de transmitir este afecto es evitativo o despreocupado ya sea porque nuestros padres nos viven como una carga que mina su libertad, porque no son capaces de expresar sus emociones o porque rechazan el cariño que les pudiésemos brindar incluso con un simple abrazo, nuestro interés por las relaciones interpersonales irá decayendo dificultando sobremanera nuestro desarrollo social.

Asimismo, si crecemos en un entorno de constante ansiedad, dependiente, en el que nuestro rol pasa a ser de sostén de los miedos y tristezas de nuestros progenitores mientras que su confianza en nuestras capacidades se cuestiona cada dos por tres, nuestra angustia y preocupación puede hacernos cerrar las puertas al resto de relaciones sociales y por consiguiente a infinitud de posibilidades y experiencias.

Por el contrario, si este afecto es seguro, es decir, si nuestros padres mantienen una relación satisfactoria para ambos, no nos educan desde sus miedos sino que nos transmiten seguridad y capacidad para afrontar dificultades, nos ofrecen protección e independencia y no tienen unas expectativas rígidas, aprenderemos a relacionarnos con el mundo jugando libremente ya que nos sentiremos protegidos, manejaremos la frustración de una forma serena y nuestras relaciones con los iguales que nos vayamos encontrando podrán ser satisfactorias.

Sé que la vida ahí fuera no está nada fácil, pero también sé que si guardamos diez minutos para nosotros y reflexionamos acerca de como andan las cosas por casa, qué papel jugamos en esta familia en la que nos ha tocado crecer y para qué salimos todas las mañanas a buscarnos las habichuelas, encontraremos  un buen motivo para levantarnos de la cama y dar los buenos días con una sonrisa.

 

David Villa Abril 2022.

23 marzo, 2022 a las 11:19 am · · Comentarios desactivados en Quien más. Quien menos. Psicología y Politica.

Quien más. Quien menos. Psicología y Politica.

Quien más, quien menos a todos nos han dado algún que otro zarpazo las musas.Su inspiración y la motivación, propias del Renacentismo, nos hacen dilatar las pupilas y atusarnos las barbas. Eso le lleva pasando al chico del acordeón que nos entretiene todas las mañanas a la espera del autobús. El único y casi imperceptible detalle que rompe tan idílica escena es que el muchacho pues muy bien, muy bien no es que toque.

Más de un día he dejado escapar el autobús que me llevaba al trabajo para ver si esa pieza que trataba de salir de sus manos era la que yo creía, sonaba como yo creía y presentaba la armonía que se esperaba de ella.Pues no. ni una miajilla que diría mi amigo el extremeño. Nanay de la china que diría mi amiga responsable de recursos humanos de Desigual.

No a pocas paradas de allí, sentado en la guagua sin cholas, escuchando la radio, un par de personajes hacían su puesta en escena. Resulta que un par de políticos de un par de partidos, coincidencias de la vida mayoritarios los dos, se presentaban ante los medios. Ambos, el de la derecha al fondo y el de bajando a la izquierda, hacían gala de su humildad y servilismo. Ambos, habían sido elegidos para ocupar el escaño de otros dos compañeros que se marchaban a hacer las américas, uno él y otro ella. Ambos se iban porque no le veían sentido al inmovilismo y la quietud que les arengaban cada día desde el congreso. Tras gracias y bienvenidas ambos dos abordaron la entrevista desde la sorpresa y la alegría que les suponía volver a la arena del circo romano en el que suponían tendrían mucho trabajo.

Pues bien; Digo yo y dice mi estomago mientras recuerda la entrevista ¿Qué narices de sorpresa e inseparabilidad puede haber en dos profesionales de la política democrática? ¿No se supone que allá desde sus despachos previos se dedicaban, no digo ya en cuerpo y alma pero si en zapatillas de andar por casa y batín, a escuchar el sentir populoso, masticarlo, tragarlo y digerirlo en forma de propuestas y opiniones? ¿No son estas personas vocacionalmente serviles a la voluntad democrática?

Ni uno ni otro comentaron nada de «Pues que quieras que te diga, a mi me parece muy mal que me hayan elegido a dedo y me habría gustado que se consultase a los votantes si les parecía oportuno que me uniese a la primera línea politológica»…o esta otra de » la verdad es que no me sorprende nada porque con lo que a mi me importa la política quería meterme de lleno para resolver alguno temas.»Nanay de la china!! ambos sorprendidos, ambos agradecidos y ni uno ni otro tratando de forma seria el trasfondo del asunto: ¿Hasta qué punto estas personas son las adecuadas para transmitir voluntad democrática a un pueblo mientras sus actos y actitudes les desmarcan absolutamente de tales logros? Co He rRenCia…digo: coherencia.

Qué se les ve el plumero a la primera de cambio, por favor…yo entiendo que cuando las musas nos embriagan es difícil decirles que no, decirles que no estamos para estos trotes o que simplemente no tenemos ni idea de volcar en actos lo que nuestra alma dispone. Porque no sabemos hacer, porque no nos han enseñado, porque no tenemos sentido del ritmo o nuestro oído está algo atrofiado.

En fin, que igual que con nuestro acordeonista favorito, las ganas de vivir de lo que uno hace, de que se valore el producto interior bruto de cada uno hay que currárselo un poco, ser humildes y si no sabemos tocar una canción , practiquemos antes un poco no vaya a ser que cuando realmente sepamos notas, acordes y compases no haya nadie que quiera escucharnos. Habrá que ir hablando con CEAC para que publique cursos de coherencia a distancia…y de regalo un batín para irse a la cama con la conciencia tranquila y los riñones calentitos.

 

David Villa Marzo 2022.

23 diciembre, 2021 a las 2:23 pm · · Comentarios desactivados en Felices fiestas, felices si estás.

Felices fiestas, felices si estás.

Cada cosa tiene su momento y cada momento tiene su lugar.

Andaba desnortado paseando entre pasillos.

Sin comerlo ni beberlo, como la mayoría de las cosas importantes de la vida, un día tuve que dejar lo que estaba haciendo para atender a mi padre. Acababa de entrar en urgencias en estado grave y el mundo paró en seco.

Coincidía que ese mismo día celebrábamos el cumpleaños de uno de mis sobrinos y tanto su padre como su abuela, el resto de la familia, y yo mismo, agarrándonos los miedos y sosteniéndonos en los valores y principios que nos hacen no perder pie decidimos seguir adelante con el festejo.